Una cosa es la relajación y otra muy diferente la meditación, a través de la relajación podríamos encontrar la experimentación de la meditación, pero nadie lo puede asegurar.
No se pueden dar directrices que te lleven exactamente a la meditación, no existe. Los grandes sabios, rishis, maestros de la India no se atreverían a hacerlo, la meditación es una experiencia individual y personal. Podremos darte pasos iniciales que te llevan tal vez a la meditación, siempre podrás acceder a ella desde la respiración profunda, centrar tu mente en el presente, entre otros cientos de fórmulas que pululan por ahí. La meditación es lo que pasa después de la relajación.
Recomendaciones
Es importante tener un espacio, puede ser nuestra propia cama, habitación o algún otro espacio que dediquemos especialmente para esto, en donde haya silencio y tranquilidad mientras disciplinamos nuestra mente así como ropa cómoda. El incienso, la música, las velas son opcionales.
Es mejor sentados, que acostados pues si estamos cansados, nos dormiremos enseguida y meditar no es dormirse.
Ejercicio 1.
Sentados cómodamente cerramos los ojos para observar amorosa y tranquilamente nuestro cuerpo con la atención. Relaja cada músculo, cada parte de tu fantástico cuerpo iniciando desde los pies, a medida que exhalas vas soltando tensiones musculares y articulares. Permítete sentir tu cuerpo relajado y disfrútalo, al lograr esto lleva tu atención interna al proceso de respiración, como entra el aire a tus fosas nasales, como expandes pulmones y abdomen, siente igualmente como exhalas ¡Relájate más!. Hazlo suave muy profundamente, repite internamente mientras inhalas: “Inhalo Amor, el más puro amor”, al exhalar repites: “Exhalo miedo, todo el miedo que me produce______ (tal situación)”.
Luego de unos minutos repite la acción pero repitiendo al inhalar: “Inhalo Paz Divina, me lleno de paz, cada célula de mi cuerpo se llena de paz”, al exhalar: “Exhalo Amor Universal, me expando en amor, irradio amor a todo el mundo. Respira por unos minutos más; siente como la paz y la certeza te invaden amorosamente. Tú sabrás cuanto tiempo dedicarás. No te olvides de agradecer.
Ejercicio 2.
Esta vez siéntate como te indicamos anteriormente, sintiendo tu cuerpo físico relajado, tu mente atenta en tu respiración. Luego llama a tu ángel, arcángel o al maestro de tu predilección. Y di por ejemplo: “Hago llamado aquí y ahora desde mi corazón al Arcángel Miguel. Arcángel Miguel, Arcángel Miguel, Arcángel Miguel (x3), te pido tu asistencia en mi vida, te doy permiso y me abro a tu apoyo incondicional”. Da las gracias.
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